Industrias ATEX

 

 

 

 

 

Se detallan en este artículo las principales industrias con riesgo de sufrir explosiones e incendios en sus instalaciones. Todas ellas tendrán zonas clasificadas, de acuerdo con lo explicado en la Clasificación de zonas Atex

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

1. Industria química

En la industria química se transforman y emplean gases, líquidos y sólidos inflamables en multitud de procesos. En estos procesos pueden formarse mezclas explosivas.

  • Plantas de producción y manipulación de azufre.
  • Zonas de trabajo, manipulación y almacenamiento.
  • Lugares donde se trasvasen líquidos volátiles inflamables de un recipiente a otro.
  • Locales con depósitos de líquidos inflamables abiertos o que se puedan abrir.
  • Salas de bombas o compresores para gases o líquidos inflamables.
  • Instalaciones donde se produzcan, manipulen, almacenen o consuman gases inflamables.

 

2. Vertederos

En los vertederos pueden formarse gases inflamables. Para evitar que éstos escapen de manera incontrolada y puedan llegar a encenderse, se requieren importantes medidas técnicas. En túneles mal ventilados, sótanos, etc. pueden acumularse gases inflamables de fuentes diversas. Los residuos sólidos urbanos generan polvo explosivo.

 

3. Centrales eléctricas

Con el transporte, la molienda y el secado de carbones troceados, no explosivos por su tamaño, se generan polvos de carbón que sí pueden formar mezclas explosivas polvo/aire. Las biomasas y otros combustibles sólidos son explosivos. La refrigeración con H2 de los alternadores implica riesgo de explosión.

 

4. Empresas de tratamiento de aguas residuales

Los gases de digestión generados en el tratamiento de aguas residuales en depuradoras pueden formar mezclas explosivas gas/aire. Los lodos secos también son explosivos.

 

5. Compañías de suministro de gas

En caso de escapes de gas natural por fugas o similar pueden formarse mezclas explosivas gas/aire.

 

6. Industria de trabajo de la madera

En el trabajo de piezas de madera se generan polvos de madera que pueden formar mezclas explosivas polvo/aire en filtros o en silos.

 

7. Talleres de pintura y esmaltado

La neblina de pulverización que se forma en el esmaltado de superficies con pistolas de pintura en cabinas de lacado, al igual que los vapores de disolventes liberados, puede provocar una atmósfera explosiva en contacto con el aire. Los pigmentos pulverulentos pueden ser muy explosivos.

 

8.  Fabricación de piezas de metales ligeros y talleres de carpintería metálica

En la fabricación de piezas de moldeo metálicas, su tratamiento de superficie (amolado) puede generar olvos metálicos explosivos, sobre todo en el caso de los metales ligeros (Aluminio, Titanio, Magnesio, etc.).

Estos polvos metálicos pueden provocar riesgos de explosión en separadores y otras operaciones.

 

9. Instalaciones agropecuarias

En algunas explotaciones agrícolas se utilizan instalaciones de generación de biogás. En caso de fugas, pueden formarse mezclas explosivas biogás/aire. Las deshidratadoras de forraje, descascarilladoras de almendra y otras instalaciones similares generan atmósferas explosivas.

 

10. Reparación de vehículos

Normalmente las cantidades de productos inflamables son reducidas y el confinamiento y la ventilación hacen innecesaria la clasificación. No obstante, con carácter general, debe analizarse la posibilidad de formación de atmósferas explosivas si existen cantidades importantes de materias inflamables.

 

11.  Lavanderías y tintorerías

Zonas de lavanderías y tintorerías con líquidos inflamables

 

12.  Industria alimentaria

El transporte y almacenamiento de harinas, granos y derivados pueden generar polvos explosivos. Si éstos se aspiran y separan en filtros, puede aparecer una atmósfera explosiva en el filtro.

  • Locales de extracción de grasas y aceites que utilicen disolventes inflamables.
  • Secaderos de material con disolventes inflamables.
  • Zonas de trabajo, manipulación y almacenamiento.
  • Entre los polvos combustibles tenemos la harina y derivados, el almidón, el azúcar, el cacao, la leche y el huevo en polvo, las especias, etc.
  • Fábricas de harina panificable.
  • Fabricación de pan y productos de panadería.

 

13.  Industria farmacéutica

En la producción farmacéutica a menudo se emplean alcoholes como disolventes. También pueden utilizarse substancias sólidas activas y auxiliares explosivas, por ejemplo lactosa, vitaminas, paracetamol, etc.

 

14.  Refinerías

Los hidrocarburos manejados en las refinerías son todos ellos inflamables y, según su punto de inflamación, pueden provocar atmósferas explosivas incluso a temperatura ambiente. El entorno de los equipos de transformación petrolífera casi siempre se considera zona con riesgo de explosión.

 

15.  Industrias de reciclado de residuos

El tratamiento de residuos reciclables puede entrañar riesgos de explosión por envases no vaciados por completo de su contenido de gases o líquidos inflamables o por polvos de papel o materias plásticas. 

 

16.  Industria textil y afines

  • Almacenes y muelles de expedición (sacos o contenedores)
  • Zonas de tratamiento de textiles, como algodón.
  • Plantas de fabricación y procesado de fibras.
  • Plantas desmotadoras de algodón.
  • Plantas de procesado de lino.
  • Talleres de confección.

 

17. Locales de utilización de productos químicos inflamables

  • Lugares donde se trasvasen líquidos volátiles inflamables de un recipiente a otro.
  • Locales con depósitos de líquidos inflamables abiertos o que se puedan abrir.
  • Salas de bombas o compresores para gases o líquidos inflamables.
  • Instalaciones donde manipulen, almacenen o consuman gases inflamables.

 

18.  Industrias agrarias

  • Fabricación de piensos compuestos.
  • Elaboración de correctores vitamínico-minerales.
  • Silos para almacenamiento de cereales. Entre los polvos combustibles tenemos los cereales, granos y derivados, almidón y heno.
  • Secadero de cereales y deshidratadoras de alfalfa.

 

19. Industrias forestales y afines

  • Aserraderos de madera.
  • Fabricación de papel y celulosa.
  • Zonas de trabajo, manipulación y almacenamiento.

 

 

A la vista de esta diversidad de actividades en las que el riesgo ATEX está presente, y de sus perjudiciales consecuencias que se pueden traducir en daños personales, incendios y destrucción de plantas, pérdida de equipos, paradas de producción con pérdida de ventas y cuota de mercado, pérdida de imagen corporativa, etc., se hace necesaria una divulgación continua de los procedimientos para la correcta implantación de la acción preventiva recogida en la legislación.

 

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